en cuarentena y en cine.ar

entre ayer y hoy vi algunas películas, en su mayoría argentinas.

ya dije muchas veces cuánto me gustan las películas latinoamericanas, en especial argentinas y mexicanas.

me gusta porque su desarrollo no está tan fragmentado como por ahí, creo, se ve en películas más hollywoodenses. acá empieza el conflicto, y media hora antes de que termine, sabés que, de golpe, como por arte de magia, todo se va a solucionar. 

no quiero subestimar el cine en general, me gusta, me gusta cualquier tipo de cine, en todo veo un nuevo aprendizaje, me agrade o no. 

pero, las películas de acá, las siento más una experiencia. porque puede pasar, porque puede pasarte. 

cine.ar me está salvando del embole. 

ayer vi una película que se llama buenos aires 100km; me gustó bastante: retrata todo lo lindo, lo malo, y lo asqueroso de ser pre adolescente en un pueblito, allá por el 2004. 

me gusta que puteen. 

es un poco de lo que todos vivimos: tus padres quieren algo, vos otra cosa, tenés miedo, dudas, bue, eso. me gustó, y me chocó, en algunos puntos. la violencia implícita en la verbalidad siempre me choca, y más la del 2000, aunque me parece un medio increíble para retratar cualquier día a día. 

no esperaba que me guste, me gustaría que me gusten otras películas; pero es esta. 

no sé, si cuando eras chico te juntabas en tu barrio, seguro va a revolver algo por ahí. 

hay otro manejo, otros códigos. es linda de ver, querés a los personajes. 

por lo menos yo, hago un repaso por cada uno de los chicos con los que me juntaba en mi barrio, y pienso quién podría ser quién. es interesante pensar en una segunda parte.

porque de chico, todo parece más leve; la violencia, lo reprimido, los insultos, los pensamientos de porqueria, vivir en un contexto que constantemente te aterra. 

de afuera, todo parece menos, porque son chicos, y porque los chicos encuentran siempre una forma de sobrellevarlo; pero de esos chicos, salen adultos, seres que conviven en sociedad, y que ya no tienen el tiempo de salir a despejar su mente porque si, ni tampoco los ganas. 

un poco te invita a esa reflexión, a pensar cuál de todos los adultos que caminan entre nosotros, así sin más, es ese niño educado en un ambiente hostil, y dónde lo muestra. 

pero también te invita a reconfirmar la importancia de lxs amigxs, en todo momento, en todo lugar, para saber que lo que te está pasando, les pasa a todxs. 

muy linda. 

después, hoy, vi una película que se llama bolivia. es de caetano. me gustó mucho también, el formato, que esté en blanco y negro, la simpleza, y que hable más el desarrollo de cada acción que las palabras. en este caso, creo, el silencio casi característico de personaje principal era totalmente funcional al mensaje que, por lo menos, yo capté: no hables, que molesta.

la película va de un hombre que viaja desde bolivia a la argentina en busca de trabajo, para ofrecerle a su familia, que aún sigue allí, un porvenir mejor. es todo ilegal explotacionista y terrible. 

la película me gustó, la crudeza siempre nos hace re-plantarnos desde otro lugar, con los ojos más abiertos, y más cerrados a la negación. es terrible que una película tenga que enseñarnos eso, pero, muchas veces, es el único lugar por donde nos entra. 

lo que me gusta de estas películas es que derriban los ideales que otras películas que buscan una estética más ficticia implantan. las otras también son divinas, te juro, miraría en bucle pd: te amo o a él no le gustas tanto, buscando algo que no tengo. 

creo un poco eso también, que consumimos mucho mundo ajeno buscando lo que no somos.

nos aterra enfrentarnos a lo que si nos representa. y, seguro, podés decirme que bolivia no te representa porque no sos de ahí. pero, estas tierras sufrieron todas lo mismo y emanan, por ende, lo mismo.

el latino (creo que más los argentinos) lucha por desconocer sus raíces. 

al final del día, para el mercado, los de acá, valemos todos lo mismo: absolutamente nada. 

acá se refleja todo lo que otros espacios audiovisuales niegan: el trabajo, si no está sujeto a tus derechos laborales, no dignifica, es un invento que metieron para que no te quejes, no sos más digno que nadie por vivir en tu tierra, ¿qué es lo digno?, la tierra no pertenece a nadie (aunque como sociedad la soberanía no está en discusión ok), el sexo no siempre es lindo de ver, y cuando es el lindo, entonces, no es tan real; la gente que no te parece linda tiene sexo también, seguro más que vos, a los países no le importan los inmigrantes y eso está muy muy mal, que seas ciudadano argentino no te hace representante de toda la población, nadie te roba el trabajo (en realidad muchos aprovechan la vulnerabilidad de los inmigrantes para explotarlos), pasarte falopa en el baño cada tanto tampoco te dignifica, negar la salud pública a inmigrantes te convierte automaticamente en la persona más asquerosa del planeta tierra, y sobre todo: si estás en el mismo espacio de seres que aborreces y rebajas por inmigrantes o pobres, además de ser un forro, sos un negador. 

hoy estás acá, mañana allá. nunca nada te puede hacer más digno que nadie, eso no existe. 

esa película me hizo replantearme un montón de cosas, odiar la dignificación del todo, y enfrentarme a una realidad que habito, pero que a veces tapo. 

la impunidad, la intolerancia y la negación, sin dudas, serán siempre los peores enemigos de cualquier ser en un estado de vulnerabilidad.