los derechos de los niños (blancos y ricos)

Mamá me cuenta un montón de cosas, ella es maestra especial (actualmente directora) especializada en intelectuales.
Lo intelectual siempre es emocional, se la pasa en colegio de chicos pobres y ve, primero que nadie, las carencias de miles de familias, y cómo afecta esto al desempeño.
Tiene un montón de alumnos, algunos intelectuales, emocionales, y un montón más con síndromes o distintas patologías psiquiátricas, etc.
Intento no agrupar los colegios como especiales y normales, con el paso del tiempo mi mente desarrollo los conceptos "colegio corriente" y "colegio de mi mamá".
Estos chicos son perjudicados constantemente por un sistema que permite hacerlos a un lado.
Y pienso que no es una nueva noticia la constante vulneración de los derechos humanos/de los niñxs; no tengo que contarselo yo, por supuesto, la pobreza acecha en las calles y no hay forma de mirar para otro lado, están frente a nosotros, exactamente delante de nuestros ojos vemos el futuro deshacerse y rehacerse en hambre, rencor y desigualdad.

Los niños son abusados, maltratados, torturados y al estado no le importa, como siempre, abraza una vez más la negligencia.
Los colegios se cansan de denunciar estos maltratos intrafamiliares y, mientras tanto, la ausencia toma forma de burocracia funcional al placebo que necesita este sistema para hacer como si realmente estuvieran haciendo algo; algo que solo ellos ven porque mientras las oficinas se encuentran atestadas de papelerio, el futuro de estos niños se encuentra atestado de desesperanza, y sus posibilidades se acortan a volver a sus hogares con quienes, sabemos, les maltratarán (ahora sin dejar marca) o quedarse varados en algún hospital, rodeado de desconocidos, haciendo tratamientos hiper invasivos, porque no hay hogares que puedan alojarlos.

Mientras, nuestros chicos son abusados y contagiados. Y en el afán de contemplar todas las posibilidades, se mimetizan a la falta de lógica y olvidan el sentido básico y la humanización de un niño.

Entonces pienso que si en mi ciudad hay un solo hogar para chicos con discapacidad (y no tiene cupo) y encima el gobierno se encarga de truncar todos los procesos para que estos vivan acorde a los derechos que les competen, este mismo quiere que la sangre gotee en manos de otro.
Porque es más fácil, sentarse frente a una computadora y visualizarnos como un número más y que, con un par de trámites y clicks, dejemos de pertenecer, a enfrentarse a un niño abusado y, mirandolo a los ojos, decirle que vuelve con su familia porque no se puede hacer nada; o que se lo llevan lejos ya que acá no hay lugar, porque ¿a quién le importa la psiquis de ellos? y sabés quiénes enfrentan esa realidad? los maestros, trabajadores de la salud, trabajadores sociales, etc; nunca el que juró y firmó por los derechos del niño, o aquel que frente a un montón de cámaras nos habla de patria.
Si un derecho cuesta tanto, entonces es un privilegio.
Mi mamá busca jubilarse después de 26 años de trabajo porque está cansada de estas injusticias.
Y así es el sistema, dice.
El sistema es una re mierda y un hipócrita.
El sistema no quiso jamás a nadie y nació con 70 años.
El sistema tiene hambre de pobreza y de que nos matemos entre nosotros, porque nos empuja a eso, y después se lava las manos.
Y no es ninguna boludez de zurdita tuitera ni esas giladas; hablo desde lo más profundo de mi ser.
Me pasé toda la vida yendo al colegio de mi mamá y viendo como estos pibes se mueren de hambre, y dolor, ¿con qué cara les puedo decir yo que no guarden rencor? si primero los empobrecen y después lo martirizan.
Pero claro, argentina es el país de la meritocracia, y de acá se sale laburando.
Dejemos de confundir, la violencia nace de la violencia, y no hay acto más violento que la ausencia del estado.

Seguirán así, enfrentando victimas con sus victimarios, y haciéndose los sorprendidos cuando, años después, el desamparo tome un cuerpo vengativo y que les afecte. Les culparán. Dirán que hay, no sé, un gen del mal, sabiendo, en realidad, que ustedes generaron todo lo que disida de la vivencia "civilizada".
Entre todo ese dolor, alguna maestra abrazará algún alumno, tragando las injusticias, y prometiendo un porvenir mejor; contiene, pero no es suficiente.
Sigue siendo estúpido cargar en hombros de otros las desigualdades que pesaran, por siempre, en los de ustedes.
Anestesien la realidad que lo que no ven hoy, mañana les pesará.
Porque en sociedad no existe lo invisible, todo se convierte en futuro.

El sistema es así. Un reverendo forro. Un asesino.

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