el efecto cris morena

Casi sin darme cuenta me pasé la vida persiguiendo, inconscientemente, un lejano, inexistente e imposible ideal: el amor de mi vida.
Debí sincerarme conmigo misma y aceptar la parte que más odio de mi ser, esa que apoderó mi mente y sueños tanto tiempo, aquella que, de vez en cuando, reaparece en mi como un pensamiento automático que aún no logro despojar.
Desde que tengo memoria consumo una sueño heterosexual que se hacia presente como una potencial realidad cada vez que un hombre (niños, en su momento) me respiraba cerca.
De chica era muy pajera, pero mal. Me gustaban todos los chicos; aún así, nunca tuve novio, gracias a jehova (?), porque eso si no me interesaba, y nunca nadie era suficiente, no quería conformarme con lo causal y forzado de conocer a quien querés en los ámbitos que habitas normalmente (ahre que tenía 9 años, no pensaba en eso, pero si tenía algo bien en claro: me daban mucha vergüenza ajena las declaraciones de amor tan melosas y absurdas).
En mi mente se reproducían, a cada segundo, miles de escenas de miles de dramas románticos que, alguna vez, mis ojos habían visto (cris morena, u did this to me).
En una instancia llegué a soñar con pibes que NO CONOCÍA pero que formaban parte de los mismos dramas románticos que creaba mi mente para que dormir sea más llevadero.
Y así me pasaba los días, creyendo amar a chicos que no me veían, y rezando para que, algún día, en algún lugar, alguien me quiera; pero que me quiera de verdad, y diferente, no como quiere un amigo, ni como me querían mis padres, sino como esas personas que te quieren como si quererte fuera todo lo que tienen, conectando, bueno, no sé, flashes de cuando era más chica.
Obviamente todos esos sentires que alguien crea en vos, con el paso del tiempo, aprendí a encontrarlos en otros lugares más que el amor heterosexual.

La cosa es que estaba muy limada.
Realmente el amor romántico me había consumido y me perdí mil millones de veces porque, sentía, que ser querida era lo que necesitaba para quererme, pero además, más allá de esas profundidades psicoanaliticas, lo buscaba en todos lados porque era lo único que veía, porque todos tenían a alguien, y no solo a alguien equis, tenían a SU PERSONA, porque era eso, encontrar al indicado.
Cuando tenía 11 años empecé a escribir como wachiturra porque el que me gustaba lo hacia (náááchééeeto :$ te queremos), lo conocía? No, pero me gustaba igual, porque la naturaleza me dió un talento y era imaginar mi vida con cualquier ser masculino que esté  más o menos cerca.

Y así pasaron por mi vida, literal, muchos flacos.
En el jardin salí con tomas, y después con fermin (soñaba que se peleaban por mi amor), pero después en la primaria flashe amor con valentin por CUATRO AÑOS, y le escribí una cartita que decía que mi amor por él brillaba como mil soles (la rompió) pero más tarde llegó patricio y era tan simpático que pensé que podríamos vivir toda nuestra vida juntos, pero no, porque era de estudiantes; no importa, si total después apareció agustin, y lo quise tanto que escraché un pedazo de madera escribiendo AGUSTIN TE AMO (psycho) pero era re gil así que lo nuestro no funcionó (?), en el medio de todos esos gusté de matias, federico, todos los amigos de mi hermano, y todos los primos de mis amigas, pero no era de pajera solamente yo realmente pensaba en AMAR. Al mismo tiempo que me gustaba agustin me gustó julian, con él lloraba mientras escuchaba un enorme dragon de floricienta, y le escribía muchas cartas preguntandome porqué no podía amarme como yo lo amaba, pero no lo sabía, porque nunca se lo había dicho, porque mi problema era, además, ser medio cagona; julian duró hasta que llegaron los otakus a mi vida. Aparece la técnica y con ella alan, juan cruz(un like por él porque fue parte de muchas entradas de mi otro blog), matias, esteban, y después cae simon (muchas entradas también) patricio (uf) cristian (no digo cuántas entradas porque puede que le siga escribiendo).
De todos esos chicos que nombré (porque hay más, obvio), ninguno me quiso. Y pensé que, por lo menos, yo si los había querido.
Tampoco.
Pero me pasé años rezando para que me hable el que me gusta, y perdí muchos 11:11 deseando que me quieran; al igual que gasté tantos deseos de velas en amor heterosexual y monogamico.
Obvio que todo este cuento te termina enfermando así que aprendí que, siempre, mi deseo es estar bien mentalmente.

Evito mostrarme como esa persona que fui porque realmente me da mucho pudor haber tenido tantas ganas de AMAR en algún momento de mi vida, me da paja solo pensarlo; pero entiendo que es parte de este ser que formé, no? Esa chica que antes de salir pensaba que, en cada ocasión, podía encontrar al amor de su vida, y que tenía que estar preparada, o esa chica que creía, fielmente, que si forzaba las cosas en común el chico que quería se iba a fijar en ella: no jazmín, no escribas así, basta. Porque a veces mi ego era tan grande que no quería enfrentarse a la realidad de que otro sepa lo que no, y que eso impida agradarle a alguien.

Todo esto está mal. Porque la gente miente, porque la mentira vende, y la verdad deprime.
Porque finn de my mad fat diary no existe, y jude de across the universe no va a tomar cuerpo de argentino y cantar revolution para vos; ni andrew lincoln va a decir por carteles cuánto te ama, tampoco dexter de siempre el mismo día va a decir que se dió cuenta que sos el amor de su vida (y menos mal amiga, porque el final que te espera no está muy bueno, aunque, qué preferís, vivir sin amor o morir sabiendo que te amaron?), tampoco gerard butler te va a amar tanto que va a querer pasar hasta su muerte con vos, no, NI BARRACUDA VA A LLORAR POR VOS Y DECIRTE QUE SE ESCAPEN JUNTOS PORQUE SU MAMÁ QUIERE MUDARSE Y LLEVARLO LEJOS DEL HOGAR. No funciona así. Y sobre todo, tu historia no va a ser como la de Olive de easy a, que odiaba el amor romantico e igual encontró el ser que fue capaz de responder a todos los cliché que hollywood nos metió.

En tiempos de crisis, hay lugar para el amor?

Imaginen que yo soy mariana de medianeras y el amor es ¿dónde está wally? en la ciudad.
Es por ahí.

Me pregunté mucho tiempo si era yo la que tenía algo mal para que nunca nada funcione y si, tenía un montón de cosas mal, y la peor era echarme la culpa de algo tan personal y propio (para el otro) como que alguien, simplemente, no te quiera. Querer es una decisión, y está bien que alguien decida no hacerlo, como deben respetar cuando no les querés.
Bueno, y un montón de otras cosas malas que truncaron mis acercamientos amorosos porque me di cuenta tarde que el sarcasmo y la masculinidad frágil de algunos hombres no combinan bien.

Cuando crecí me di cuenta que podía querer otras cosas y que no importa cuántos hombres pasen por mi vida, la plenitud pasa por la independencia de amar lo que estás haciendo.
.
La cosa es que de peque me enfermó un falso ideal (eso y mi tendencia a la OBSESIÓN) pero de grande daniel johnston me dijo que el verdadero amor me hallaría al final, y le creo.
el verdadero amor > chipá.



Comentarios