anne with an e

no sé si alguien en éste planeta vió esa serie. pero la quiero mucho.
como que me transporta a un mundo donde el optimismo todo lo puede, uno que no habito. (igual después lo arruinan mis alrededores contagiando su mala energía)
pienso en que me gustaría ser pequeña y comerme todo ese verso. el de cambiar el mundo, flashar amor, imaginar mil historias. me gustaría salir y ver el paisaje sin la necesidad de andar esquivando edificios que lo tapen, sin carteles que sobresalgan de negocios. o respirar ese aire puro que tienen aquellos lugares que todavía no fueron infestados con la toxicidad que largan los autos, ni las fabricas.
y nacen en mi un montón de preguntas, y un anhelo extraño e imprevisto sobre experimentar vivir sin electricidad.
pienso que si hubiese sido yo anne, si hubiese sido yo una niña del 1890, (una niña tipo, tampoco quería ser fajada ni quemada. niña. porque a la primera de cambio que me haga mujer, prefiero el 2019 con sus dolencias e injusticias, aún) disfrutaría mucho la magia de no ser nadie. y no es que ahora lo sea, por supuesto que no, pero ahora sé que no lo soy. en 1890, jamás me hubiese enterado lo irrelevante que era porque no sabría la relevancia de los demás.
no sé si me explico.
entonces me pregunto, ¿qué duele menos? no ser nadie y no saberlo, o no ser nadie y tenerlo en claro porque hashtag globalización.
a mi me cabería más vivir en el 1890 y escribir.
pisas con más fuerza en tu cuadrado de vida cuando no sabés que hay un mundo de formas afuera. vivis más pleno.
a mi me encanta mi era porque me incita a la rebelión dirían pedro y pablo. pero no, aunque un poco si. me gusta, pero nos cría un sentimiento competitivo y lleno de odio.
y cuando me doy cuenta de eso, pienso en qué copado sería ser anne. y vivir sin electricidad, we seguía.

mirenla.



igual la serie es mucho más piola y compleja que este existencialismo barato, podría hacer una entrada de cada capitulo porque todos te dejan pensando. 

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