El otro día empecé la facultad, miedo.
Estudio teatro.
Hablaba con un profesor sobre qué es el teatro realmente y porqué prevalece en el tiempo aún con el avance de la tecnología. Por qué hay gente que sigue yendo al teatro en vez de, no sé, ver tele, o usar la compu.
La movida de la televisión me parece más frívola, viste, como que es otra cosa. Es más un sistema que para lograr un producto final primero se reinventa mil veces. No es tan crudo, hay más cortes, interrupciones.
En el teatro te conectas más pero porque deconstruye hasta tu manera de ver tu cuerpo. Uno tiene su cuerpo muy asimiliado y por lo tanto lo pasa de largo, no tiene tan en cuenta su importancia, no lo ve como una herramienta, sino como un efecto de su existencia. Lo tenemos porque lo tenemos, qué se le va a hacer.
El teatro plantea todo lo que nos rodea como una herramienta para generar un sentir, y quizá nos gusta tanto, porque nos hace parte de eso: si nosotros no nos esforzamos por creer que todo lo que está arriba de ese escenario genera un contexto, no sirve. Transforma nuestra visión sobre lo cotidiano, porque quizá lo disidente que a uno le aterra en lo usual, parado sobre un escenario nos asombra, para bien.
Aunque pensado de esa forma me parece hasta estúpido que basten unas maderas y un título para convertir en arte lo que vemos todos los días. Por eso espero que el teatro se lleve al día a día, quizá así, desestructuremos lo que nos hunde.
Todo para decir que a veces estamos sumamente acostumbrados a estos sistemas tan frios de entretenimiento que nos olvidamos que por allá afuera hay un arte que nos hace parte, y no nos diferencia. Apoyemos.
Alta materia esa, alto profe.
Estudio teatro.
Hablaba con un profesor sobre qué es el teatro realmente y porqué prevalece en el tiempo aún con el avance de la tecnología. Por qué hay gente que sigue yendo al teatro en vez de, no sé, ver tele, o usar la compu.
La movida de la televisión me parece más frívola, viste, como que es otra cosa. Es más un sistema que para lograr un producto final primero se reinventa mil veces. No es tan crudo, hay más cortes, interrupciones.
En el teatro te conectas más pero porque deconstruye hasta tu manera de ver tu cuerpo. Uno tiene su cuerpo muy asimiliado y por lo tanto lo pasa de largo, no tiene tan en cuenta su importancia, no lo ve como una herramienta, sino como un efecto de su existencia. Lo tenemos porque lo tenemos, qué se le va a hacer.
El teatro plantea todo lo que nos rodea como una herramienta para generar un sentir, y quizá nos gusta tanto, porque nos hace parte de eso: si nosotros no nos esforzamos por creer que todo lo que está arriba de ese escenario genera un contexto, no sirve. Transforma nuestra visión sobre lo cotidiano, porque quizá lo disidente que a uno le aterra en lo usual, parado sobre un escenario nos asombra, para bien.
Aunque pensado de esa forma me parece hasta estúpido que basten unas maderas y un título para convertir en arte lo que vemos todos los días. Por eso espero que el teatro se lleve al día a día, quizá así, desestructuremos lo que nos hunde.
Todo para decir que a veces estamos sumamente acostumbrados a estos sistemas tan frios de entretenimiento que nos olvidamos que por allá afuera hay un arte que nos hace parte, y no nos diferencia. Apoyemos.
Alta materia esa, alto profe.
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