con a de andate para siempre

Lo más triste de perderte es no volver a encontrarte.

A veces eso es lo que más duele del adiós. Y sé que parece una obviedad, pero léeme un segundo, es más que eso.
El ser humano (si, por cuestiones de soberbia me doy el lujo de generalizar, perdonen) es, cómo decirlo, pelotudo de naturaleza. Siempre perdemos con la ilusión o la certeza de que vamos a volver a encontrar.
Decís, qué sé yo, si tiene que ser será, el destino ya nos va a unir, bueno ya va a volver, quizá más adelante se da.
Porque soltar, para muchos, es más descansar que realmente dejar ir.
Porque en un presente tan arrogante, creemos que el futuro es nuestro.
- Escúchame una cosa, ¿cómo no va a volver? si te mira con un amor, está muerto por vos. Y cuando te toca el pelo, me muero, te juro, esos vuelven siempre. No llores, che! que el tiempo pone todo en su lugar. Es amor. Sabelo. Te lo digo yo, que entiendo mucho del tema, vos seguí, que él vuelve.- repiten tus amigas, porque te quieren, y porque les duele tener que decirte la verdad: no se vuelve a donde nunca se estuvo.
Quizá ni ella quiere asimilar la realidad, quizá en el fondo le duele, porque si alguien que aún mirándote así, acariciándote el pelo de esa forma y queriéndote como te quiere no vuelve, significa que quién ella quisiera tampoco lo haría. Y duele.
Pero está bien.
Que arrogancia. Dejemos de creer que el futuro es nuestro, porque lo único certero es que hoy, solo existe el presente.
Queramos en tiempo y forma, y si no lo hacemos, sepamos corrernos. Irnos, y no volver. Que se vayan, y no esperar que vuelvan.

Comentarios