entre un hola y un adiós
hay un montón de palabras, de esas que no decimos, de las que hacemos verbo
que significan hola y adiós
como ese beso que me das antes de darte vuelta
o el que me das cuando volves a ponerte frente a mi
o tus manos sobre mi pelo después de tanto
que suavemente saludan, como recién llegadas,
buscando la costumbre.
y yo, que enseguida me acostumbro. y tus manos, que en algún momento se acalambran y se alejan
son un adiós también, aunque después volvamos a recibirnos
es de poca duración
pero un adiós
hay un montón de hola y un montón de adiós en cada cosa que hacemos
que deja atrás lo que antes hicimos
que da la bienvenida a lo próximo que haremos
con vos es todo cíclico y novedoso
por eso me gustás,
porque no tenés sentido
como no tiene sentido que algo cíclico sea novedoso
pero en vos encontré un gran sinsentido que, a mi, me recobra en sentido
todos los días que nos vemos nos saludamos igual, hacemos lo mismo, y culminamos el encuentro de igual manera
para mi todos los días es la primera vez
para mi cada vez que te veo es decirle adiós a lo que creía que era y
enterarme
como por arte de magia
que ahora soy lo que me hiciste ese día
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