a mi papá

pa: 

hoy te recuerdo así, y no me interesa que las palabras que me salgan sean las esteticamentes correctas. para mi ya habló gabo ferro. 

yo no creo en el cielo, pero ¿y si en realidad si existe? en el peor de los casos, es como lo planteó crismorena y lo maneja pergolini. sería gracioso, osea, igual, qué existe más que a lo que nosotros le damos relevancia¡? de golpe, acabo de inventarte un cielo, y cobró sentido. en alguno de esos largos pasillos tan iluminados, podrían coexistir vos y gabo ferro. me parece muy divertido pensarlo ya que sé que bajo ninguna circunstancia te hubiese gustado su música, vos tan riff. 

ojo, que gabo ferro la re movía. 

la cosa es que hace mucho no te escribo y es que el paso de los días borro esa necesidad. ya son casi dos años. es un montón y a la vez es re poco. comparo tu muerte cronologicamente con un nuevo nacimiento. dos años. sabés caminar y tenés por lo menos 200 palabras adquiridas. qué contraste. 

cuánto dolor dejaste

antes y después

medio que me estoy haciendo cargo de todas las dolencias preexistentes a tu muerte. cuántos errores. pero, sabés, que en vida tus errores no me pesaban, porque se iban con un abrazo o un te quiero. 

perderte tiene menos que ver con vos de lo que creerías. y seguro te molestaría, no ser el centro, siendo el desencadenante. pero hay otras cosas que se rompieron más, y que parecen ser igual de irreversibles que la muerte. intento entender los tiempos de cada uno, y es tan poco que sería injusto pedir que se apure el trámite de la superación. con que muevas el de la pensión está todo piolix. 

te extraño como si no hubiesen pasado años

y a veces siento que nada cambió

entre la chica que te vió entrar al quirófano 

y la que tuvo que acostumbrarse a no verte salir.


igual, yo estoy bien. y me enseñaste tanto, que nunca te creí capaz. te subestimé un montón. lo único que me atrevería a pedir, a lo que sea que exista, es devolver la felicidad a mis alrededores, o darme la voluntad de superar que nunca más nadie en esta casa vuelva a ser 

a partir de que no estés. 


dos años


qué patada en la cara que me diste, por dios.



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